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La Academia despertó

La Academia despertó
Por Catalina Díaz | 21 de diciembre de 2020

Todo un escándalo y controversias generaron las nuevas normas inclusivas de los Óscares para elegir a las nominadas a mejor película. Los miembros de la academia se pusieron a tono con el movimiento Black Lives Matter y por fin respondieron a la polémica consigna #OscarsSoWhite y toda su posverdad que ha movilizado a la temporada de premios desde hace algunos años. Los mismos que en el 2019 le negaron el óscar a la mexicana Roma o a una de las mejores películas lgbt de la historia Brokeback Mountain ahora exigirán a las productoras que quieran obtener la ansiada estatuilla ciertos requisitos a partir del 2024.

¿Pero por qué tantas críticas? La inclusión obligatoria de mujeres, personas negras, lgbt, asiáticos o latinos a las producciones hizo enojar a una significante cantidad de personas, pero lo que tal vez no se han dado cuenta algunos es que ese cambio ya está ocurriendo, solo que si quieres hacer una película con hombres blancos heterosexuales no podrás postular al premio. Hagamos un recuento de las últimas ganadoras, la coreana Parasite, Green Book con el afroamericano Mahershala Ali, The Shape of Water dirigida por el mexicano Guillermo del Toro y la emotiva Moonlight de Barry Jenkins.

El rol del periodismo

Históricamente se ha criticado a los miembros de la academia por ser racistas y machistas, pero ¿Quiénes conforman este selecto grupo? La verdad es que son miles de personas; actores, directores, guionistas, productores, diseñadores de producción, vestuario, maquilladores, sonidistas, cinematógrafos, y también gente que no está tan involucrada explícitamente en el cine, como relacionadores públicos y periodistas, sí, todos ellos. Como estudiante de periodismo voy a enfocarme más en el rol que cumplen los comunicadores en esta situación y cómo influyen significativamente.

Los medios poseen una gran influencia a la hora de predecir quienes serán las películas que marcarán la temporada de premios, ya que para hacer campañas se paga por artículos, publicidad y entrevistas para promocionar un film. De acuerdo a qué tan buen recibimiento haya tenido la cobertura se votan a los nominados. Por lo tanto se podría decir que los medios son los primeros en definir quiénes serán los favoritos para una nueva campaña al Óscar.

Si hablamos de la relación de la industria de los medios con la cinematográfica y sus problemas con la diversidad, como comunicadores tenemos la responsabilidad de cumplir con la ética periodística y ética social a la hora de cubrir un hecho, y ser inclusivos para mostrar una realidad representativa de los grupos tradicionalmente desfavorecidos a las audiencias. Ese es nuestro rol.

La reconocida filósofa Adela Cortina dijo en una entrevista de Aprendemos Juntos[i] que tenemos que aprender a ser un crítico universalista, y yo agregaría a esto que también es importante ser integral, tiene que haber una voluntad de los medios en general para mostrar multiculturalidad y visibilizar otros proyectos.

Lo Políticamente Correcto

Por las normas implementadas se ha dicho constantemente que lo hacen porque es “políticamente correcto”, en el libro Ciudadanos del Mundo de Cortina se cuenta el origen, que tiene lugar en los campus norteamericanos en los noventa. Es una expresión que se pone de moda a partir de un artículo de Richard Bernstein en el New York Times en el que señala que ser políticamente correcto consiste en adherirse a una nueva ortodoxia en boga en el campus universitario, a un compromiso impuesto por las minorías culturales.[ii] ¿Es malo ser políticamente correcto? Si eso ayuda a la emancipación de los grupos oprimidos en la industria de la entretención para obtener cuotas de representatividad, entonces no, no es malo, es un aporte.

Se plantea que hay una distinción entre ciudadano de primera y de segunda,[iii] y estos términos tienen directa vinculación con el tema que estamos hablando. Las personas que manifiestan que los Óscares son racistas y discriminatorios se sienten de segunda, porque históricamente la construcción de la sociedad los dejó en ese grupo. Para otros lo de las normas es insignificante, pero a largo plazo se verá reflejado el gran impacto cultural de la decisión de la academia, porque esas minorías por fin serán vistas como ciudadanos de primera, o al menos en el cine.

Voy a mencionar unos ejemplos recientes para que los reflexionen y vean que realmente este cambio es necesario. Lady Bird fue una de las películas más aclamadas del 2017, en la plataforma de Rotten Tomatoes tenía un 99% de aprobación, y esto llevó a su directora Greta Gerwig a ser la quinta mujer en la historia de los Oscar en conseguir una nominación por dirección. Ciudadana de segunda. Pero ese año estuvo marcado por el movimiento #MeToo y la plaza de Gerwig fue cuestionada, quitándole el mérito diciendo que solo la obtuvo por la presión social.

Historias Cruzadas (2011), 12 años de esclavitud (2014) y Harriet (2019) fueron nominadas al Oscar, y sus protagonistas son personas negras interpretando a criadas y esclavos, no está mal, pero que la academia solo nomine este tipo de películas sobre afroamericanos crea una estigmatización hacia ellos, donde pareciera que no los pueden representar como ciudadanos de primera.

El cambio cultural

La realidad del siglo XXI dista bastante de cómo era el cine hace 90 años cuando se creó la academia. Hoy están las plataformas de streaming que dan oportunidades a creadores audiovisuales, históricamente excluidos por la industria para mostrar sus proyectos. Existe también un contraste en la comunicación digital, donde ahora a través de internet cualquiera puede emitir un juicio u opinión. Los medios tienen la capacidad de llegar al público utilizando todas estas herramientas que nos ofrece la era tecnológica para promover la multiculturidad, así de a poco vamos construyendo una sociedad más pluralista y con más calidad de la información. Tenemos ese poder, por lo tanto no hay excusas para ser excluyente.

Como comunicadores tenemos que aprovechar y darle más énfasis a las producciones que promueven la diversidad, para lograr un cambio cultural donde ya no existan ciudadanos de primera ni de segunda. Hay que crear un hábito de lectura informativa, donde contextualicemos las problemáticas y defendamos la representatividad en la industria de la entretención. Es una inclusión forzosa sí, pero necesaria, porque significa progreso.

Es un desafío a largo plazo, pero que tendrá un gran impacto para vivir en una democracia que debe ser inclusiva. Es una construcción conjunta y quien lo comprenda descubrirá nuevas miradas de la perspectiva del mundo.

Bibliografía

[i] Cortina A. (15/07/2019) ¿Para qué sirve la ética? España: Aprendemos Juntos. Recuperado de https://www.youtube.com/
[ii] Adela Cortina, Ciudadanos del Mundo, 153-154.
[iii] Adela Cortina, Ciudadanos del Mundo, 152.

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